Cada
verano llegan las recomendaciones para disfrutar de manera responsable de
playas y piscinas. Pero este
verano traen alguna novedad destacable. Por primera vez, las autoridades de países europeos y americano desaconsejan el uso
de flotadores inflables y en su lugar recomienda el chaleco salvavidas.
Si no
se sabe nadar o no se nada bien los flotadores hinchables no son recomendables,
en estos casos, a la hora de bañarse o practicar un deporte acuático, lo mejor
es usar un chaleco salvavidas. Así lo recogen las medidas para prevenir
ahogamientos y lesiones graves en medios acuáticos y evitar las situaciones que
puedan poner en riesgo la salud, e incluso la vida. Las autoridades hacen
especial hincapié en la vigilancia de los menores, tanto cuando estén jugando
en el agua como cerca de ella; una responsabilidad que no debe delegarse en un
niño más mayor.
Se
recuerda que los niños deben ir siempre acompañados de un tutor, ya que el
ahogamiento se produce de forma rápida y silenciosa, de hecho "la mayoría
de las veces la víctima se perdió de vista solo unos minutos"; que muchos
ahogamientos se producen en el entorno familiar: bañeras, piscinas privadas y
piscinas hinchables; que un bebé puede ahogarse en 30 centímetros de profundidad;
y que se aconsejable cercar las piscinas privadas. En el caso de los niños más
pequeños los ahogamientos ocurren con mayor frecuencia en piscinas, mientras
que en los adultos la frecuencia mayor es en aguas abiertas durante el baño, la
pesca o la práctica de algún deporte náutico; en el caso de las personas de
edad avanzada es también la playa el lugar donde ocurren la mayoría de los
casos.
Antes
de meterse en el agua recuerda que es aconsejable comprobar la temperatura y
esperar 2 horas después de haber comido. Evitar el consumo de alcohol antes de
bañarse, así como bañarse de noche: si nos ocurre algo, nadie podrá vernos.
Elegir lugares seguros para bañarse y vigilados por socorristas. Respetar el
significado de las banderas. Evitar zambullirse desde gran altura, balcones o
puentes ya que es causa de traumatismos craneoencefálicos, lesiones medulares e
incluso muerte. Introducirse en el agua lentamente o tirarse de pie varias
veces antes de hacerlo de cabeza. Si lo hacemos, los brazos deben situarse en
prolongación del cuerpo para proteger el cuello y la cabeza. En caso de querer
tirarse de cabeza desde una gran altura, debemos comprobar que no se trata de
un sitio con poca profundidad o si existe algún obstáculo en el fondo. Salir
enseguida del agua si se encuentra cansado o siente frío y, ante un posible
corte de digestión.
Fuente: Panorama Marítimo y Portuario
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¡Atrevete a opinar sobre este tema!